sábado, 20 de agosto de 2016

CXCVIII

Si nos caemos de esta noche

Tamizaremos el espesor del silencio
Con la fe incrédula de los paganos y la verdad del apócrifo
Comprenderemos que no se detendrá la náusea de tierra.

De piel e ideas se empañarán los ojos del cielo
La luz será un puñado de sensaciones sedientas
De yerros, asco, recelos.

El humo amarillento de tu sombra será la tibieza famélica
De la marea de tiempo en que no se detiene
La náusea de la Tierra.

Si nos caemos de esta noche
Descansarán las ratas de mi cabeza
Y una mirada será la dulzura entera
De saberse más allá de la trascendencia.

Pero esta noche me encuentra cuerda.
Les doy mi palabra para que la escupan.


Stéphanie Pau Tombetta


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