Invisibilidad hilada.
Visibilización: el sentir no dice.
Ni estructura ni orden.
Las tres de la madrugada.
Puedo no decir que extrañar me aplasta y me abandona.
Pero, a gritos, lo digo. Olvidé callar y pisar con mis pies.
En esta hora perdida.
Es el silencio el cóndor que naufraga
la profundidad de la luna, que a mi decir abreva.
La oscuridad me arrebata: no volveré a pronunciar.
Madrugada, semana.
¿Cómo sabrás que te sé? Si las palabras y el vuelo.
Si no lo sabés, ¿te sé? Si serenidad y transgresión.
Brisa crepuscular, último acorde: disipación de mi voz.
Stéphanie Pau Tombetta
No hay comentarios:
Publicar un comentario