lunes, 10 de agosto de 2015

CLVIII

Innominado —dice—


Invisibilidad hilada.
Visibilización: el sentir no dice.
Ni estructura ni orden.

Las tres de la madrugada.
Puedo no decir que extrañar me aplasta y me abandona.
Pero, a gritos, lo digo. Olvidé callar y pisar con mis pies.

En esta hora perdida.
Es el silencio el cóndor que naufraga
la profundidad de la luna, que a mi decir abreva.

La oscuridad me arrebata: no volveré a pronunciar.

Madrugada, semana.
¿Cómo sabrás que te sé? Si las palabras y el vuelo.
Si no lo sabés, ¿te sé? Si serenidad y transgresión.

Brisa crepuscular, último acorde: disipación de mi voz.



Stéphanie Pau Tombetta

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