Prórroga, otra más
Ápice de cielo,
alma clandestina,
mirada disonante.
El desgarro y la condena, el incesante llanto de la noche.
Carne, frágiles huesos y algunas palabras que ya poco les queda por decir.
Una certeza a voz alzada y un cartel de perpetuidad a lo evitable de lo inevitable.
El silencio me guarda.
Stéphanie Pau Tombetta
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